La demanda presentada por USA se aferraba a que las afirmaciones eran falsas y podían producir efectos ilusorios en el cliente. Lo cierto es que se hicieron múltiples estudios que llegan a afirmar que el modelo concreto de zapatillas podría llegar a producir lesiones. La compañía, por su parte, aseguró que prefiere arreglar la demanda para evitar entrar en mayores costes por litigios. Sin embargo, Red Bull mantiene que su marketing y su packaging siempre y en todo instante han sido “veraces y precisos” y ha negado cualquier mala acción o responsabilidad. Así, todos y cada uno de los usuarios estadounidenses que consigan probar que adquirieron una lata de Red Bull desde enero de 2002 podrán recibir una indemnización de 10 dólares o dos modelos de Red Bull gratis valorados, aproximadamente, en 15 dólares estadounidenses estadounidenses.
Más allá de que elanunciotuvo que ser retirado en múltiples países, entre ellos Reino Unido y México, Coca-Cola defendió su posición aduciendo que el spot alienta a llevar un modo de vida considerablemente más saludable. Estas afirmaciones hacían comprender que los clientes podían consumir el producto con determinada tranquilidad, ya que aseguran que es muy simple abrasar las calorías que van a consumir. Al enterarse de esta noticia, el canadiense Michael Attar procuró sumarse a la demanda colectiva estadounidense. Conque, ni corto ni perezoso, decidió abrir su propio proceso judicial en Canadá en 2016, y acaba de ganarlo.
Demanda A Red Bull Pues No Da Alas
Además, Red Bull también modificará su página web canadiense, donde incluirá un hipervínculo a una información del departamento de Sanidad de Canadá donde se avisan los riesgos de combinar las bebidas de este estilo con alcohol. Sin embargo, no se trata sólo de que realmente no aparezcan dos alas en la espalda de quien toma la bebida energética, sino que hay un descontento por parte de los usuarios porque estiman que dicho refresco no cumple sus promesas de mejora física y mental. De este modo, la sociedad indemnizará con diez dólares americanos a cada cliente que se haya sentido insatisfecho con Red Bull entre el 1 de enero de 2002 y el 3 de octubre de 2014. Para quien no quiera los diez dólares estadounidenses, la compañía asimismo proporciona un cheque obsequio de modelos de la marca valorado en 15 dólares .
Tocaron a unos diez dólares estadounidenses en efectivo (o hasta 15 dólares estadounidenses estadounidenses en cupones para sus productos). Podían demandarlo todos los estadounidenses que hubiesen comprado una lata de Red Bull en los diez años anteriores. Red Bull, entre las principales marcas en la esponsorización de todo género de deportes de acción deberá abonar mas de 13 millones de dólares americanos para arreglar una demanda colectiva que alega propaganda ilusoria de sus bebidas energéticas.
Aun de esta manera, la compañía defiende que cumple con todos los requisitos normativos para el etiquetado. Para cobrarlos se ha habilitado una web donde los dañados por la falta de alas deben apuntarse. No obstante, los individuos van a deber necesitar su indemnización antes del 14 de octubre a través de una web que ha habilitado Red Bull como compensación por propaganda ilusoria. En el centro de la demanda colectiva contra Red Bull está Benjamin Careathers, cliente de la marca desde el año 2002.
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En un comunicado, Red Bull ja asegurado que ha recibido el acuerdo para “eludir la distracción” de los litigios en Canadá. Red Bull, según ha informado Newsweek, está pagando 10 dólares americanos a todos los consumidores que tras ver sus avisos y su mítico eslógan, Red Bull te da alas, creyeron que les crecerían alas de verdad. Que Red Bull no deseó llegar hasta el desenlace y resolvió el caso fuera de la corte, asegurando devolverle 10 dólares americanos a cualquier cliente estadounidense que compró la bebida desde el 2002, o 15 dólares americanos en artículos de Red Bull, y acordando enmendar la futura publicidad. Autoridades como el Doctor Peter Miller, de la Deakin University de Australia, han acusado a la compañía de interferir en las indagaciones que se realizan sobre los efectos de las bebidas energéticas. Se asegura que en múltiples de los ‘papers’ en los que se garantiza que Red Bull es absolutamente segura, si uno lee la letra pequeña está mientras que la compañía ha financiado de una forma u otra los trabajos. En la demanda se citan productos del Tne New York Times, Nutrition y el European Food Safety Authority Journal que señalan que las bebidas energéticas aportan su impulso a través de la cafeína por sí sola, no guaraná, tauritón o cualquier otro ingrediente.
Se engaña con la fecha de finalización de una promoción, para apresurar la resolución de compra. En el final, el periodo de tiempo de promoción era mucho más largo de lo comunicado y no era preciso conseguir el producto con tanta urgencia. Déjanos tus datos y concertamos una asamblea o videollamada para explicarte cómo lograremos que seas nuestro próximo caso de éxito. Cualquiera que sea la razón por la que concluya el tratamiento de sus datos de carácter personal, conservaremos sus datos debidamente bloqueados y archivados para llevar a cabo en frente de casuales responsabilidades legales, en el transcurso de un plazo máximo de cinco años. Pero en la demanda presentada este año, no solamente se denunció a la marca por propaganda engañosa, sino por la insuficiente información que se proporciona sobre la mezcla de la bebida con alcohol, según comentan medios locales. Aun de este modo, la compañía protege que cumple con todos y cada uno de los requisitos normativos para el etiquetado.
La Verdadera Historia Del Cliente Que Demandó A Red Bull Porque No Tenía Alas (y Ganó Una Batalla Millonaria)
A pesar de todo, el acuerdo aún debe ser aprobado por un tribunal neoyorquino el 1 de mayo de 2015, y por tanto, los denunciantes no puede reclamar sus pagos hasta 150 días después de la resolución final. Sin embargo, años después un usuario indignado decidió probar suerte con una demanda inusual. Tras diez años como cliente y adepto empedernido a la bebida, el hombre no tenía ni por asomo esa capacidad extrema que se mencionaba en las campañas. Si un anuncio no desea entrar en datos acerca de su precio final y sus condiciones de compra es homónimo de poca transparencia y de tener bastante que esconder. En la propaganda de fármacos, singularmente esos que prometen adelgazar en un tiempo reducido, no se advierte de los desenlaces sucesivos o riesgos que puede producir el consumo del producto en el cliente.
Lapublicidad engañosautiliza información falsa o engañosa para incidir en la resolución de compra del cliente. La conocida marca austriaca deberá llevar a cabo en frente de una multa de 13 millones de dólares por propaganda fraudulenta, una vez que una sentencia iniciada por un demandante de Novedosa York, haya dictaminado que la bebida no te ofrece el desempeño ni la agilidad que indica, y bastante menos te da alas. Mucho más de un consumidor en Estados Unidos interpretó el eslogan \’Red Bull te ofrece alas\’ de manera literal. Un colectivo de varios estadounidenses demandó a la compañía por propaganda engañosa, fundamento por el que la empresa tendrá que abonar 13 millones de dólares (mucho más de diez millones de euros) repartidos entres los clientes del servicio que se declaren intsatisfechos con el producto.
Al darse cuenta de la noticia, el canadiense Michael Attar asimismo procuró sumarse a la demanda colectiva a lo que la compañía se negó por no ser estadounidense. Por esa misma razón, Attar decidió abrir su propio proceso en Canadá en 2016, recopila \’Cadena SER\’. Podemos destacar que la demanda no solo estaba enlazada en la \\’mentira\\’ de su eslogan, sino más bien también por lainsuficiente información que se da sobre la mezcla de la bebida con el alcohol. Si bien, según la RedBull, la compañía cumple con todos los requisitos normativos para el etiquetado.
Más allá de que no fue hasta enero de 2013 en el momento en que decidió arrancar acciones legales contra la compañía por propaganda falsa, aduciendo que el claim que usaba es falso. Sin embargo, años después un usuario indignado decidió valorar suerte con una demanda insólita. Tras diez años como cliente y adepto empedernido a la bebida, el hombre no tenía ni por asomo esa aptitud extrema que se mencionaba en las campañas. Así comenzaba el caso de Red Bull contra los clientes que “no tenían alas”. Si bien el fin de la propaganda sea generar un encontronazo en la conducta del cliente que le lleve a consumir nuestro producto, no todo es válido para conseguirlo.